domingo, 1 de abril de 2012

Capítulo 4

Al día siguiente, cuando iba camino a la escuela y le pasaba por al lado  a la casa azul, se me ocurrió una manera de poder descubrir quien era ese niño Mario. Estaba decidida a averiguarlo de una vez por todas.


-¿Que piensas hacer qué?- me preguntó mi mejor amiga Laura.

-Pienso entrar a escondidas a la casa de los Correa- dije

-Debes estar bien loca.

Estábamos sentadas en un banco del patio a la hora del recreo. Laura y yo somos mejores amigas desde los 3 años; siempre ha sido el lado responsable y cauteloso de las dos. Parecemos morochas porque hacemos todo juntas, nos gustan casi las mismas cosas y también nos parecemos mucho; las dos tenemos el pelo negro, ondulado, los ojos marrón oscuro y la piel morena.

-Claro que no estoy loca, solo quiero saber de una vez por todos quien es en realidad ese niño.

-Lo único que debes saber es que ese niño es hijo de los Sres. Correa y que nunca sale de la casa por decisión de sus padres. La razón por la cual no lo dejan salir no es nuestro problema- dijo tajante.

-Pero me da mucha curiosidad saber la razón; además, cada vez que paso por enfrente de su casa, siempre lo veo triste. Por eso quiero saber que es lo que pasa para ver si puedo ayudar en algo y que por fin lo dejen salir. 

-Bueno, si estás empeñada en llevar a cabo esto no me queda de otra que apoyarte- dijo Laura.

-Sabía que podía contar contigo. Por eso somos las mejores amigas.

-Pero dime, ¿cómo piensas entrar en la casa? La Sra. Correa siempre está en la casa con el niño- dijo Laura preocupada.

-Hay veces en que sale al mercado a buscar las cosas de la cena y tarda por lo menos una hora en hacer todo eso- le explique satisfecha.

-Pero cada vez que sale al mercado siempre hay alguien que se queda en la casa. Normalmente se queda el profesor porque ella siempre sale durante la semana, y cuando lo hace los fines de semana se queda el Sr. Correa. No tenemos alternativa, siempre habrá alguien que nos pueda encontrar si entramos.

-Entonces tendremos que hallar la manera de poder entrar sin que nadie nos vea.

-¿Y cómo haremos eso?- me preguntó Laura nerviosa.

-Ya encontraremos la manera de hacerlo, ya verás que lo lograremos- dije dudando un poco

No estaba muy segura de que lográramos entrar en la casa, peo no podía tener pensamientos negativos porque sino nunca podríamos hacerlo. Debía tener confianza y esperanza; algo se nos tenía que ocurrir

2 comentarios:

  1. Jajaja que ganas de molestar a la pobre familia uuh jaja pero si da algo de curiosidad :) Un besazoo!

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  2. Gracias!!! Si, las muchachas están empeñadas en entrar allí

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